Matías de 9 años le comenta a su mamá: "Cuando un niño te diga que tiene miedo de algo, nunca le digas que ese algo no existe, porque eso no lo ayuda".
Matías tiene razón. Los niños tienen diferentes miedos que a los adultos muchas veces nos parecen "irracionales". Por ejemplo: el miedo a los monstruos, a las brujas, a la oscuridad, a los fantasmas... Cuando nuestros hijos están asustados y nos dicen: "Mami no puedo dormir porque tengo miedo a los monstruos" y nosotros respondemos: "Los monstruos no existen", por más que lo que queremos es calmarlos, no los estamos ayudando, más bien se quedan más solos y asustados... ¿Por qué? Porque los niños pequeños aún no pueden discriminar bien entre la fantasía y la realidad, por eso los monstruos que imaginan ¡perfectmente pueden vivir debajo de su cama! A nosotros con nuestras mentes adultas nos cuesta entenderlo pero así es... Tener miedo es parte normal del desarrollo.
Crecer es un proceso largo que no está exento de ansiedades, duelos, angustias y miedos que muchas veces se proyectan en el afuera en forma de monstruos y brujas. Cuando un niño está asustado, es mucho más tranquilizador un abrazo comprensivo, una compañía contenedora, una escucha a corazón abierto, y cuatro orejas. Preguntémosles cómo es ese monstruo, por qué le da miedo, si tiene poderes, de qué color es... Adentrémonos con ellos al mundo de sus fantasías y se sentirán más acompañados y tranquilos. No es necesario buscar abajo de la cama para comprobarle que no hay ningún monstruo, ni tampoco intentar erradicar su miedo en un segundo. El crecimiento y el mundo interno tienen sus propias leyes y tiempos, y es importante respetarlas.
¿Acaso nosotros los adultos no tenemos nuestros propios monstruos también?.....
Minosha Casabonne
Minosha Casabonne
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres
Acunnare. Espacio para Padres
No hay comentarios:
Publicar un comentario