jueves, 29 de diciembre de 2016

Entre lo público y lo privado

Luego de algunos días de silencio cibernético, de no publicar nada y tomar distancia para pensar en el efecto que la inundación de las redes sociales tiene en nuestras vidas, vinieron a mi mente varias preguntas.

¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos en estos tiempos de Instagram, Snapchat y Facebook, en los que la foto aguanta todo? ¿Cuál es la delgada línea que separa lo público de lo privado? ¿Por qué necesitamos publicar cada momento de la vida? Cada cosa que nos compramos, cada viaje, cada plato de comida, cada mañana en familia... ¿Cómo podemos hablarles de intimidad a nuestros pequeños si los momentos más íntimos con ellos los hacemos públicos? ¿Cómo transmitirles que lo más importante es "lo de adentro" si vivimos tan "para afuera"? Si realmente estamos disfrutando, ¿por qué necesitamos publicarlo? ¿Cómo les enseñamos a nuestros hijos a disfrutar de los momentos juntos si estamos tan ocupados documentando todo para subirlo a Facebook? ¿es posible disfrutar así?

Muchos padres están preocupados porque sienten que las redes sociales dejan a sus hijos muy expuestos a personas mal intencionadas y creo que tienen razón en preocuparse. Es importante que hablemos con nuestros pequeños de los riesgos y la necesidad de cuidarse, pero ante todo, lo más importante es que sepamos que ellos aprenden de cuidado e intimidad de nosotros y con nosotros. Si los padres dependemos de "likes" para sentirnos aprobados ¿qué les estamos enseñando?...

Las redes sociales son un gran invento, nos abren muchas puertas y nos unen en la distancia pero también se pueden convertir en un depósito de muchas pasiones que nos ponen en riesgo...


Minosha Casabonne

Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres

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