Muchos padres llegan a consulta buscando un espacio de terapia emocional para su hijo. Las razones son variadas, pero un tema que se repite es "mi hijo es ansioso" (se come la uñas, come mucho, no para de moverse, no se puede concentrar, hace pataletas constantemente...). Ciertamente la terapia emocional para los niños es indicada y muy útil en determinados casos y es especialmente efectiva cuando los padres se comprometen con el tratamiento. Pero quizá antes de mandar a nuestros niños a terapia vale la pena darnos un espacio para pensarnos a nosotros como personas y como padres y hacernos algunas preguntas básicas : ¿Estoy siendo muy exigente conmigo mismo y con mis hijos? ¿estoy disfrutando de criarlos o siento la crianza como una labor pesada y difícil? ¿puedo encontrar espacios de juego y conversación con mis hijos o el día a día es una rutina que no para nunca? ¿me siento irritable todo el tiempo?...

Criar a nuestros hijos también puede ser muy placentero y divertido. Si hacemos pausas, nos permitimos dudar y bajamos la exigencia seguramente descubriremos que es un momento de la vida de constantes aprendizajes y descubrimientos mutuos.
Ser padres no tiene por qué ser un camino agotador, exigente y pesado. De hecho, tanta exigencia nos puede poner muy ansiosos a todos y los primeros en denunciarlo son los más pequeños.
Acompañar a nuestros hijos a crecer es un momento corto de la vida, en unos años seguramente miraremos atrás y pensaremos "¿cómo se puedo pasar tan rápido?"...
Minosha Casabonne
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunare. Espacio para Padres
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunare. Espacio para Padres
No hay comentarios:
Publicar un comentario