Muchas veces se
piensa que juntar a niños desde muy chiquitos va a ayudarlos a que aprendan a “socializar”.
La idea de “juntar” a los niños es para que jueguen porque, intuitivamente,
sabemos que esa es la forma natural que tienen de relacionarse. Sin embargo, la
forma en que juegan y se vinculan entre ellos va evolucionando conforme van
creciendo.
Antes de los 2
años, los niños tienen un tipo de juego egocéntrico
en el que no reconocen al otro como sujeto, lo consideran como un objeto o
juguete más al cual explorar. Por ello, vemos a bebes y niños chiquitos jugando
solos con sus juguetes o reconociendo su cuerpo. Entre los 2 a 3 años los niños
tienen un juego llamado paralelo en
el cual pueden estar jugando con otro pero cada uno metido en su propio mundo
(aunque puedan estar jugando a lo mismo), con interacción ocasional. Es decir,
están “juntos pero no revueltos”. Recién a partir de los 3 a 5 años es que se
observa que los niños empiezan a tener un juego colaborador en el que hay una interacción con otros que va siendo
mayor conforme van creciendo. Podrían compartir juguetes, inventar juegos e
historias. Pero se trata de un proceso normal en el cual el niño poco a poco,
reconoce que hay otro separado de él, y necesita haber vivido la experiencia de
sentir que el mundo es completamente suyo (la época del ”mío mío”). A partir de
esto es que va aprendiendo a compartir y entendiendo que los demás también
pueden tener su propio punto de vista, sus propios deseos, sus cosas…su propia existencia.
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Tengamos en
cuenta que de la etapa del egocentrismo a la del compañerismo hay todo un
proceso de desarrollo y maduración por parte del niño que es importante
respetar y no forzar. Hay niños que necesitan más tiempo para empezar una
interacción con otros (por ej. al llegar a una fiesta infantil). En estos casos,
lo que ayuda es que sus papás los acompañen animándolos, quizás, pero no
obligándolos. Recordemos que no todos los niños son iguales y que no podemos
llevarlos a hacer cosas que quizás a nosotros mismos nos cuesta hacer.
Mg. Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica – Máster en Trabajo Clínico y Salud
Mental
Miembro fundador de Acunnare Espacio para Padres
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