lunes, 18 de agosto de 2014

“¿Cuándo juntamos a los chicos?” Jugar y socializar, jugar a socializar…

Muchas veces se piensa que juntar a niños desde muy chiquitos va a ayudarlos a que aprendan a “socializar”. La idea de “juntar” a los niños es para que jueguen porque, intuitivamente, sabemos que esa es la forma natural que tienen de relacionarse. Sin embargo, la forma en que juegan y se vinculan entre ellos va evolucionando conforme van creciendo.

Antes de los 2 años, los niños tienen un tipo de juego egocéntrico en el que no reconocen al otro como sujeto, lo consideran como un objeto o juguete más al cual explorar. Por ello, vemos a bebes y niños chiquitos jugando solos con sus juguetes o reconociendo su cuerpo. Entre los 2 a 3 años los niños tienen un juego llamado paralelo en el cual pueden estar jugando con otro pero cada uno metido en su propio mundo (aunque puedan estar jugando a lo mismo), con interacción ocasional. Es decir, están “juntos pero no revueltos”. Recién a partir de los 3 a 5 años es que se observa que los niños empiezan a tener un juego colaborador en el que hay una interacción con otros que va siendo mayor conforme van creciendo. Podrían compartir juguetes, inventar juegos e historias. Pero se trata de un proceso normal en el cual el niño poco a poco, reconoce que hay otro separado de él, y necesita haber vivido la experiencia de sentir que el mundo es completamente suyo (la época del ”mío mío”). A partir de esto es que va aprendiendo a compartir y entendiendo que los demás también pueden tener su propio punto de vista, sus propios deseos, sus cosas…su propia existencia.
Imagen de www.decoestilo.com

Tengamos en cuenta que de la etapa del egocentrismo a la del compañerismo hay todo un proceso de desarrollo y maduración por parte del niño que es importante respetar y no forzar. Hay niños que necesitan más tiempo para empezar una interacción con otros (por ej. al llegar a una fiesta infantil). En estos casos, lo que ayuda es que sus papás los acompañen animándolos, quizás, pero no obligándolos. Recordemos que no todos los niños son iguales y que no podemos llevarlos a hacer cosas que quizás a nosotros mismos nos cuesta hacer.

Mg. Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica – Máster en Trabajo Clínico y Salud Mental
Miembro fundador de Acunnare Espacio para Padres

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