Los niños ya volvieron al colegio, algunos con pena, otros contentos de reencontrarse con sus amigos y su rutina escolar... Las vacaciones son importantes para toda la familia porque nos permiten hacer un alto a la apurada rutina diaria y pasar largos momentos juntos, descansar y entregarnos al placer del ocio y el juego.
Durante estas vacaciones estuve pensando en la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos, y no pude pasar por alto la gran interferencia que generan las pantallas en nuestras vidas... Pensaba en la sensación de ausencia y desconexión cuando estamos en nuestros teléfonos y tablets, en las conversaciones interrumpidas, en la indiferencia que deben sentir los que sí son capaces de apagar sus teléfonos cuando estamos juntos (o los que simplemente no tienen teléfonos, como muchos niños).
Me preguntaba ¿qué sentirán nuestros hijos cuando nos ven permanentemente conectados a la pantalla a pesar de que estamos "pasando tiempo” en familia?.... ¿Lo sentirán como rechazo o desinterés de nuestra parte?
Me preguntaba ¿cómo los niños no van a pedirnos jugar con nuestros celulares si ven que nosotros no podemos desprendernos de ellos?, ¿por qué no desearían locamente un objeto que es tan preciado para sus padres?
Me preguntaba ¿qué mensaje les estamos dando cuando manejamos chateando y contestando llamadas?, ¿les estaremos enseñando a negar de la manera más nefasta los peligros?
Me preguntaba ¿cuánto de lo que pasa alrededor nuestro nos perdemos por estar conectados respondiendo los millones de whatsaps que nos entran?... ¿Qué lugar tiene el aquí y ahora si estamos todo el día en la realidad paralela de la pantalla?
Me preguntaba ¿qué sentirán los más pequeños cuando los mensajes de texto interrumpen constantemente nuestros momentos juntos?... ¿Será que estamos perdiendo la capacidad de "estar" en un mundo en el que todo es "hacer"?
Me preguntaba ¿por qué antes podíamos estar en silencio con nuestras mentes y ahora nos metemos al celular casi como un acto reflejo?...
Me preguntaba ¿por qué la necesidad de publicar todo?, ¿cuál es la noción de intimidad que les estamos inculcando a nuestros hijos si publicamos fotos de cada paso que damos?, ¿les estamos enseñando a disfrutar los momentos o a publicar ante la mirada de los demás que lo estamos haciendo?
Todos sabemos que es importante regular el tiempo que pasan nuestros hijos frente a las pantallas pero quizá, primero tendríamos que preguntarnos nosotros mismos ¿por qué no podemos tomarnos vacaciones de ellas ni siquiera un instante para estar en familia?...
Me lo pregunto...
Minosha Casabonne
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres
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