“¿Y
dónde quedo yo?”
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Imagen de Bob Livingstone |
Cuando una
pareja decide separarse se trata de una situación en la que dos personas
deciden que ya no tienen el deseo ni la necesidad de estar juntas. ¿Qué pasa
entonces con los hijos? Quizás pensemos que no se dan cuenta de nada porque son
muy chicos, pero lo cierto es que son sumamente sensibles a lo que hacemos,
dejamos de hacer, decimos o dejamos de decir. Frente a las experiencias que no
entienden se imaginan y sienten muchas cosas. Sobre todo cuando son más
chiquitos, tienden a pensar que muchas cosas que pasan son por algo que ellos
hicieron. Por tanto, si los padres deciden no seguir juntos es fundamental
transmitirles a los hijos que ellos no son los responsables, sino que es algo
que los papás han pensado mucho antes de tomar una decisión. Además, un niño necesita
saber que sus padres no se arrepienten de haberlo tenido, que el hecho de que
ellos ya no se quieran no influye en el amor y preocupación que sienten por él.
Para un niño sus
padres son su mundo entero, y saber que ya no estarán juntos inevitablemente le
va a generar diversos sentimientos tales como preocupación, inseguridad, temor,
angustia, incertidumbre o rabia, así como muchas preguntas. Por ello necesitan
que sus padres no solo puedan acoger y tolerar todo lo que sienten sino también
que tengan la paciencia suficiente para responder con honestidad y claridad a
sus dudas para ayudarlos a procesar poco a poco este importante cambio.
Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica - Máster en Trabajo
Clínico y Salud Mental
Miembro fundador de
Acunnare Espacio para Padres.
Artículo
publicado en el portal Padres de Hoy el 29/11/2013
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