jueves, 26 de marzo de 2015

Los diferentes momentos de ser padres

Hay momentos en los que parece que nada de lo que hacemos o decimos funciona. Nos podemos quedar con la sensación de que estamos tan perdidos respecto a qué hacer con nuestro hijo como cuando recién nació y llegamos a casa del hospital. A veces podemos sentir que otros padres tienen la fórmula mágica para que su niño duerma toda la noche, o coma bien, no haga pataletas o (escoja ud su dificultad). Hay momentos en los que nos frustramos, molestamos o perdemos la paciencia porque pensamos que los chicos hacen las cosas por engreídos, manipuladores, malcriados. Hay momentos en los que nuestros hijos no nos caen muy bien. Lo cierto es que estos son algunos momentos por los que muchos padres pasan.

Imagen de educacion2.com
Hay otros momentos en los que nos sorprendemos por nuestra fuerza y capacidad para ir a trabajar a pesar de tener tantas noches sin dormir de corrido; que logramos entender el sentido que tiene leer el mismo cuento todas las noches durante dos semanas (o más)…y lo volvemos a leer con entusiasmo; que encontramos en nosotros la convicción suficiente para que al poner un límite podamos transmitir tranquilidad y firmeza en lugar de duda y culpa… que recordamos que cantarles tal canción ayuda a que duerman mejor, o que entendemos que no pasa nada si hay un día en que solo quieren comer melocotones. Hay muchos momentos en los que disfrutamos con nuestros hijos, que nos podemos reír de sus travesuras, que sentimos que el amor por ellos es tan grande no nos cabe en el cuerpo.

Hay momentos en que nos damos cuenta de que cada día es un aprendizaje para nosotros como mamás y papás (y para los niños como hijos y personas), que cada día sabemos un poco más que el día anterior y que lo importante es no seguir intentando ser perfectos y tener hijos perfectos sino hacer lo mejor que podemos. Nuestros hijos aprenden mucho en el vínculo con nosotros. Gracias a nuestras equivocaciones entienden que ellos también se pueden equivocar; aprenden que uno puede estar molesto con el otro pero que eso no significa que dejamos de quererlo; que se puede discutir pero luego se puede hablar...No hay una fórmula para ser padres, cada etapa del desarrollo de nuestros hijos y cada hijo nos traerá diferentes retos. Habrá momentos donde las cosas fluirán con tranquilidad y otros momentos donde habrá, quizás, turbulencia.

Así que paciencia, son los diferentes momentos que vivimos en esta aventura de ser padres…Confiemos en nosotros, y confiemos en nuestros hijos.

Mg. Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica – Máster en Trabajo Clínico y Salud Mental

Miembro fundador de Acunnare Espacio para Padres

lunes, 9 de marzo de 2015

El proceso de adaptación al nido

Muchos niños y niñas están a punto de entrar al nido por primera vez. Esto implica una
Imagen de www.peluqueriaskidscuts.net
separación tanto para el niño como para los padres, en particular para la madre. Se trata de un proceso que puede ser más o menos complicado ya que para el niño significa dejar el entorno conocido de su casa, sus juguetes y los adultos que lo cuidan; además de ser el centro de atención (o de tener mucha más atención) para pasar a un entorno nuevo con juguetes, adultos y actividades diferentes pero, sobre todo, con la presencia de otros niños con los que tendrá que compartir todo lo anterior.

Para los padres este cambio significa confiar el cuidado de su hijo a personas que no son ellos y esto implica tolerar que su niño pueda hacer cosas fuera de su cuidado, y que establezca relaciones de afecto con otras personas como son las profesoras y auxiliares. Cada niño lo vivirá de una manera particular de acuerdo a su edad, momento de desarrollo y características particulares…

¿Cómo abordar este periodo de cambio y adaptación? Algunas ideas que quizás pueden servirles:
  • Definir quién va a acompañar al niño en su periodo de adaptación y que sea esa misma persona para que el niño no tenga que elaborar la separación con diferentes personas, algo que puede hacer el proceso más largo.
  • Si la niña y la madre (u otro adulto que la acompaña) pueden conocer y compartir el nuevo espacio juntas, y la niña siente que su mamá está tranquila y confía en las profesoras luego ella se sentirá más segura cuando se despida de mamá.
  • Dejar que el niño explore a su propio ritmo, sin forzarlo ni empujarlo a tocar los juguetes o acercarse a otros niños. Inicialmente la madre puede jugar con él o acompañarlo en su juego. Si él siente que su mamá está angustiada le será más difícil soltarse para conocer su entorno y hacerlo suyo.
  • Algunos niños necesitan llevarse algo de la casa, por ejemplo, un juguete o diferentes juguetes que son como tener una parte de su casa o algo que represente a su mamá…esto les da seguridad.  Dejar que lo hagan.
  • Es muy importante despedirse y no escaparse pensando que la niña no se dará cuenta…sí se da cuenta!! La despedida debe ser de una sola vez, con tranquilidad y de manera clara. Se le puede explicar lo que se hará mientras estén separadas y quién la irá a recoger.

La separación es un proceso, es decir, requiere tiempo, paciencia y poder ponerse en el lugar del otro para entender que cada uno tiene su momento y su forma. Si los adultos podemos transmitirles tranquilidad, nuestros niños podrán vivir este cambio de una manera natural y curiosa. ¡Mucha suerte!                                

Mg. Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica – Máster en Trabajo Clínico y Salud Mental

Miembro fundador de Acunnare Espacio para Padres