jueves, 15 de enero de 2015

Quiero un hijo perfecto

"Tienes que ser el mejor", "sácate buenas notas", "no falles", "sé ordenado", "cumple con la rutina", "no contestes mal", "sonríe siempre", "sé perfecto".....

Imagen de www.espacioninos.com
Las personas venimos al mundo con un carácter predeterminado que nos hace únicos y especiales. Sin embargo, a veces los padres podemos volvernos muy exigentes y críticos con nuestros hijos, dándoles el mensaje de que nada es suficiente, y que nuestras expectativas son tan elevadas que serán inalcanzables para ellos. El perfeccionismo y la sobre exigencia generan ansiedad en nuestros niños (que se puede manifestar de diferentes formas) y los deja con el mensaje de que no estamos contentos con quiénes ellos son, les produce inseguridad de sí mismos y dependencia de la opinión de los otros. En ese caso, vale la pena hacer una pausa y preguntarnos ¿estoy mirando a mi hijo como es o como quiero que sea? ¿será que lo estoy mirando bajo el cristal de mis propias carencias?

La crianza no tiene por qué ser una vivencia tan exigente. Puede ser algo mucho más natural y lleno de placer si respetamos la individualidad de nuestros hijos y sus propios ritmos, si confiamos en ellos y los escuchamos un poco más y si recordamos siempre que ellos no vinieron al mundo a cumplir con nuestras expectativas ni a llenar nuestras carencias. Si vivimos la crianza con ésta libertad quizá podamos regalarles una mirada más serena, positiva y generosa de sí mismos.

Minosha Casabonne
Psicóloga / Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres

martes, 13 de enero de 2015

Un tip

Imagen de mujerypunto.cl
El tiempo pasa muy rápido, nuestros hijos crecen en un abrir y cerrar de ojos y nos preguntamos ¿en qué momento creció mi chiquito/a?. Vemos fotos, recordamos las gracias, palabritas y ocurrencias que tenían de más pequeños. Sin embargo, a veces las fotos se quedan cortas para la memoria. Por ello, les recomendamos tener un cuadernito en el cual apuntar todas esas cosas que nos emocionan, que nos hacen reír, que nos impactan, que nos desconciertan.... de cada uno de nuestros hijos a lo largo de su crecimiento.

Tener un cuadernito que sea sólo suyo. Cuéntenle cómo era, qué hacía, qué decía, cómo iba descubriendo y relacionándose con el mundo. Es maravilloso una vez que el tiempo pasa re leer eso que hemos apuntado y que ya no recordamos. Y para ellos ¿qué mejor regalo les podemos dar que entregarles esas páginas en las que con nuestras palabras les hablamos de ellos?, de quiénes eran, de quiénes son.

Nunca es tarde para empezar si aún no lo han hecho. Eso si, si deciden comenzar disfruten el proceso, sin prisa, con el corazón, como si fuera poesía....

Minosha Casabonne
Psicóloga - Psicoterapeuta
Miembro Fundador de Acunnare Espacio para Padres