En
los últimos años se ha investigado mucho sobre crianza y se tiene mucha
información sobre el desarrollo general de los niños. Siempre es importante
estar informado y tener un conocimiento práctico para poder entender cómo se
sienten los pequeños en determinadas situaciones o cómo afrontar con ellos
ciertos hitos en su desarrollo. Sin embargo, si bien toda esta literatura,
relativamente nueva, nos ha iluminado y nos ha servido de mucho, puede también
estar jugando en nuestra contra.
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¿Quizá
los padres de hoy confiamos ciegamente en lo que dicen los libros que se “debe”
hacer? Olvidando, entonces, que estos son solo un referente, una pauta para
elaborar un camino que es único para cada uno. Al fin y al cabo, los libros tienen
mucha información sobre los niños, pero, ¿cuánta información tienen sobre nuestro
niño, en especial?
Si
intentamos seguir estas pautas al pie de la letra, es probable que ante una
situación nueva en la que debemos actuar de forma inmediata, sintamos angustia
si es que no sabemos o no recordamos exactamente qué “debemos” hacer. Esto
puede llegar a privarnos de gozar de nuevas experiencias con nuestros hijos o
puede hacernos desconfiar de nosotros mismos, pensando que si la información no
sale de un libro, entonces no existe. La realidad es que la mayor cantidad de
información la tenemos nosotros; los libros son solo la herramienta para
aprender a usarla. Así, la próxima vez que estemos en una duda, en lugar de
pensar qué decía tal libro o qué nos recomendó tal persona, confiemos en
nosotros. Sabemos más de lo que creemos.
Talía
Zamorano
Acunnare.
Espacio para Padres
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