martes, 16 de septiembre de 2014

Esta carrera sin fin

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Estimulación prenatal, estimulación temprana, clases de música, natación, fútbol, ballet, terapias, clases, clases, y más clases... Esta es la vida de nuestros niños de hoy. Últimamente parece que la infancia se ha convertido en una carrera sin fin, donde nuestros hijos ya no tienen tiempo de ser niños, de jugar, de aburrirse y de pasar tiempo en casa.

Lo que quizá estamos perdiendo de vista es que el desarrollo tiene un ritmo natural, y en esta vorágine de exigencias y clases, estamos forzando a nuestros niños a lograr cosas antes de que estén listos. ¿Por qué los padres estamos poniendo tan por delante el desarrollo cognitivo, restándole importancia al mundo emocional y afectivo? ¿Acaso la capacidad de disfrutar, de establecer vínculos saludables, de amar-se y de crear se aprenden en clases? Definitivamente no.


Detengámonos un poco, hagamos un alto a la carrera y pasemos tiempo juntos, confiemos en nuestros hijos y en nosotros como padres. Ninguna clase les va a enseñar lo que nuestra presencia amorosa y calmada les enseña, eso es seguro. Nadie les va a enseñar sobre creatividad como lo hará la experiencia de aburrirse, ya que del aburrimiento surge la creatividad, una herramienta fundamental para enfrentarse a la vida. Nada les va a enseñar acerca sí mismos, de su mundo interno y de sus capacidades como lo hará el tiempo de juego. Y finalmente, no hay nada que les inculcará el placer por aprender como lo puede hacer la mirada amorosa y paciente de sus padres.

Minosha Casabonne
Psicóloga - Psicoterapeuta
Miembro Fundador de Acunnare. Espacio para Padres

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