miércoles, 4 de junio de 2014

Vivencias que dejan huella


"No se pega","no se grita", "no se miente", "ordena tus juegues", "trata con respeto a las personas", "espera tu turno", "no seas impulsivo", "tienes que ser tolerante", "trata bien a tu hermano". Los valores que tanto les tratamos de transmitir a nuestros hijos van mucho más allá de las palabras, de poco sirve decirle a un niño que no se grita si en la casa los padres gritan, difícilmente tratará con respeto a las personas si no vive el respeto en casa con y entre sus padres, no funciona decirle que tiene que aprender a tolerar sus impulsos si vé que papá y mamá no toleran los suyos.... Los valores que tanto queremos inculcarles a nuestros hijos solo es posible que los aprendan con el ejemplo, es decir, viviéndolos dentro del vínculo con sus padres. A veces pensamos que para que un niño aprenda a respetar, tenemos que explicarle, leerle cuentos, repetírselo una y mil veces. En realidad las cosas son bastante más simples y a la vez no tanto, porque implica que los padres podamos mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos ¿estamos siendo realmente coherentes con lo que les queremos inculcar a nuestros hijos? Quizá esta pregunta tendría que acompañarnos siempre mientras recorremos el camino de la crianza. Los aprendizajes más profundos de la vida, para bien o para mal, van mucho más allá de las palabras, pasan por la vivencia, por el ejemplo.

Minosha Casabonne
Psicóloga - Psicoterapeuta 
Miembro Fundador de Acunnare. Espacio para Padres 

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