Hay abuelas que son como
madres para sus nietos, tíos y tías que tienen el corazón tan grande que a
pesar de tener hijos siempre hay un lugar especial en su hogar y en su corazón
para sus sobrinos, nanas amorosas capaces de brindar su cariño y dedicación a
pequeños que ni siquiera son su familia, primos que son como hermanos.... Es un regalo de la vida para
una persona tener durante la infancia estos otros
vínculos de amor y cuidado aparte de sus padres, son experiencias que nutren
los afectos y que pueden ser muy reparadoras dejando profundas huellas en la
mente y el corazón. Los niños tienen
mucha capacidad de recibir, en algunos casos bastante más de la que tenemos los
adultos y, como consecuencia, se encariñan con las personas que se interesan
por ellos, que les brindan su tiempo y su amor.
Como
suele suceder en este camino de la vida, también
a veces estas personas se van, en algunos casos para no volver... Este puede
ser un momento muy doloroso porque las extrañamos, nos sentimos tristes,
lloramos... Hasta que, eventualmente,
comprendemos que todo lo que vivimos juntos sigue con nosotros a pesar de la
ausencia física.
Cuando
nuestros niños pasan por estas vivencias dolorosas de perder a alguien a quien
querían mucho, podríamos pensar que como son chiquitos "no se dan cuenta" porque están jugando "como siempre". Sin embargo, nuestros
pequeños se dan cuenta de todo, extrañan, se entristecen y el juego es muchas veces una forma que
encuentran para elaborar estas experiencias y sentimientos. Lo mejor que
podemos hacer por nuestros pequeños en estos casos es permitirles vivir su duelo,
reconociéndoles su dolor, abriéndoles un espacio de escucha y compañía
empática, sin tratar de distraerlos para "que no sientan". Pasado un
tiempo, ellos también se darán cuenta de que a pesar que la persona querida se
fue, todos esos intercambios envueltos de amor que vivieron juntos los
acompañan para siempre y enriquecen el resto de sus vínculos y su vida en
general.
Las personas no somos
reemplazables como lo pueden ser los objetos, cada vínculo es único y especial
y como consecuencia, irreemplazable. Permitámosles a nuestros niños vivir con
libertad sus sentimientos, la mente y el corazón tienen sus tiempos y ellos son
sabios...
Minosha Casabonne
Psicóloga - Psicoterapueta
Acunnare. Espacio para
Padres