¿Cuántas veces los padres nos preguntamos qué hacer
frente a la inundación de aparatos electrónicos que tienen los niños
actualmente? Para hablar de este tema quizá deberíamos empezar por
preguntarnos ¿cuánto tiempo de nuestro día pasamos los adultos conectados al
iPhone, iPad, computadora, televisión etc? ¿Estamos realmente conectados con
nuestros hijos cuando pasamos tiempo con ellos?
Nuestras mentes están cada vez más tomadas por estas pantallas y la capacidad de disfrutar del "estar juntos" sin ser invadidos permanentemente por sus efectos es cada vez menor. Lo cierto es que mientras los adultos no seamos conscientes de ello, será muy difícil poner límites a nuestros hijos y que estos los acepten e interioricen. Aunque a veces pensemos que nuestros niños no notan que estamos mirando nuestro Facebook o respondiendo mensajes de texto mientras "en teoría" pasamos tiempo juntos, ellos SÍ se dan cuenta. A pesar de que ocasiones ya no protesten, porque quizá asumieron que esto es parte "normal" del "estar" con alguien.
Imagen de: |
¿Cuál es la noción de intimidad que les estamos
transmitiendo, si hay un dispositivo que invade permanentemente en nuestros
momentos juntos? ¿por qué necesitamos siempre fotografiar y publicar los
momentos con ellos? ¿cuál es, entonces, la línea que divide lo público de lo
privado?
Nuestros hijos necesitan, a lo largo de su crecimiento, tener padres capaces de prestarles atención cuando pasan tiempo juntos, y esto sólo es posible dejando de lado los diálogos paralelos (chatear, por ejemplo) y las pantallas que interrumpen. Si queremos que ellos aprendan a concentrarse, a escuchar y a pensar, esto solo será posible si es que ellos han sido realmente escuchados y atendidos por sus padres, sin distracciones. Si queremos que aprendan lo que es la intimidad y la diferencia entre lo público y lo privado, quizá tenemos que empezar por hacer una pausa nosotros, dejar nuestros dispositivos de lado y re-evaluar las cosas. Recordemos siempre que antes que las palabras va el ejemplo y que los aprendizajes que nuestros hijos se llevan para toda la vida son por excelencia aquellos que viven en casa con y entre sus padres.
Minosha Casabonne
Psicóloga - Psicoterapeuta
Acunnare. Espacio para Padres