Hace años la
mayoría de personas contaba con un jardín en su casa en donde podían jugar los
niños. En la actualidad, muchas personas viven en departamentos con más a menos
espacio. Esto supone que, en muchos casos, ya no se cuenta con un jardín propio
o una terraza para jugar. Afortunadamente, existen muchos parques a los que se
puede acudir, algunos con juegos y otros no.
Es interesante
observar a los niños en los parques. Si hay juegos, muchos están ahí. Los
juegos como columpios, toboganes o circuitos donde se pueden colgar de barras,
atravesar túneles, resbalarse y más les permiten explorar sus habilidades y
fortalezas físicas, su equilibrio, sus miedos, su capacidad y deseo de
compartir o esperar a su turno, entre otras cosas. Hay niños que prueban una y
otra vez las barras, por ejemplo. A veces piden ayuda de un adulto para pasar
de un lado al otro y hay momentos en los que, para su satisfacción, logran hacerlo
solos. Pero se trata de hacer un esfuerzo, de frustrarse, de volver a intentar,
de caerse y pedir ayuda o de decir, “yo solito puedo”, de “no puedo (¿aún?)”, o
de “por hoy ya me cansé, jugaré otra cosa”…
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Imagen de Guia infantil |
De otro lado,
están los niños que hacen otro tipo de juegos. Corren, saltan, trepan
árboles, buscan chanchitos, juegan con la tierra escarbando, haciendo tortas de
barro, huelen las flores, quieren arrancar las flores, descubren piedritas de
formas interesantes, juegan con pelotas, saltan la soga, enfin…los niños pueden
ser muy creativos. No necesitan tener “algo” que usar, eso es opcional. Pueden
llevar muñecos, pelotas, bicicletas, scooters, patines, un picnic, baldes y
palas…o pueden bastarse ellos mismos, con sus brazos, sus piernas y ganas de
explorar y divertirse.
Muchos niños conocen
otros niños en los parques que pueden ser de diferentes edades. Puede ser un
lugar donde socializar, donde aprender otros juegos, donde inventar otros
juegos, donde correr y cansarse, donde descubrir olores, texturas, colores,
sensaciones, emociones…
Qué es lo que se
necesita? Ropa cómoda, ganas de divertirse y tolerancia a poderse ensuciar un
poco. Lo bueno es que somos cien por ciento lavables…
¿Por qué es
importante que los niños salgan a
jugar? ¡¡Por todo lo anterior y más!!!
Marian Alvarez-Calderón
Psicóloga Clínica - Máster en Trabajo Clínico y Salud Mental
Miembro fundador de Acunnare. Espacio para Padres